Todas las actividades que implican un reto cognitivo son buenas para disminuir la probabilidad de desarrollar demencia, sin embargo, pareciera ser más importante que tales actividades comiencen a ejecutarse desde la juventud y prolongarlas a través de los años. Esto no quiere decir que a una persona de edad avanzada no le beneficien este tipo de actividades, sino que tendrán un mejor efecto entre más temprano se implementen en la vida de la persona.
Esto está relacionado con la formación de redes neuronales más robustas, que pueden soportar mejor el daño neuronal que sobreviene a través del envejecimiento. Por ejemplo, se sabe que entre más años de estudio tiene una persona, menor será la probabilidad de desarrollar desórdenes mentales. Muchas de estas enfermedades, tal como el alzheimer, son potenciadas por el daño en los vasos sanguíneos cerebrales, del mismo tipo de daño que ocasiona un infarto de miocardio o un ECV, por ello, cualquier cambio en el estilo de vida que ayude a prevenir el daño en los vasos sanguíneos, también contribuirá a preservar las habilidades mentales.
Hacer ejercicio, llevar una dieta balanceada, evitar el sobrepeso, controlar la diabetes, la hipertensión arterial y el estrés, eliminar el cigarrillo y el abuso de sustancias, así como enfrentarse continuamente a situaciones mentalmente desafiantes, la compenetración social y la vida familiar armoniosa, son todos factores que aumentan la probabilidad de poseer un cerebro sano en la ancianidad. Cabe destacar, de nuevo, que estos elementos deberían ser implementados a lo largo de la vida, y así evitar el desarrollo de daños potencialmente irreversibles durante la juventud o adultez.
No es tarde para comenzar cambios en el estilo de vida; comportamientos saludables, actividades mentalmente desafiantes e interacción social, parecen ser la clave para un mejor envejecimiento.
Equipo Médico Formarte Salud
Fotografía: Pixabay - aunhtet0
Referencia: https://medicalxpress.com/news/2017-11-qa-lifelong-strategies-dementia.html
